El arte en espacios abiertos, accesible a todos, es una de las características más representativas de Donostia – San Sebastián. Obras de grandes artistas como Eduardo Chillida y Jorge Oteiza, que se mezclan con el paisaje urbano, estableciendo un profundo diálogo con su entorno. A continuación te presentamos las principales esculturas que se hayan esparcidas por la ciudad.
Realizado por el escultor Eduardo Chillida (Donostia / San Sebastián, 1924-2002) y el arquitecto Luis Peña Ganchegui (Oñati, 1926-Donostia / San Sebastián 2009). El Peine del Viento fusiona la bravura del mar y la fuerza de las estructuras de hierro.
El lugar de emplazamiento de la obra es uno de los más bellos de la ciudad, la Bahía de la Concha. La obra está formada por tres piezas similares de acero seco, que superan las 10 toneladas de peso individualmente y que se colocan en diferentes rocas dibujando entre sí un espacio triangular.
Una vez más Jorge Oteiza desafía a la fuerza de la mareas. En pleno Paseo Nuevo, se alza imponente la escultura Construcción Vacía, que data del año 1957.
La obra fue premiada en la Bienal de Sao Paulo hace medio siglo. Hoy es referente en el mundo del arte contemporáneo.
En pleno Paseo de la Concha, el artista Eduardo Chillida quiso homenajear al inventor de la penicilina con su escultura Monumento a Fleming. El diseño fue realizado en hierro en 1955, año en el que falleció el científico escocés, pero no fue hasta 1990 cuando el artista esculpió la obra que conocemos, en granito.